miércoles, 8 de febrero de 2012

Las palabras

A l@s sobrin@s que todavía no saben leer y a los que sí.

Anoche soñé que un hombre cargaba a la espalda un saco lleno de palabras. Caminaba encorvado y por la tela deshilachada se caían las palabras mal heridas. Algunas, en un acto de desesperación, se agarraban con las uñas pero igual terminaban cayendo. En el camino varias palabras eran pisoteadas por otros hombres y otras tantas eran secuestradas. Libertad, una palabra tan antigua como el propio mundo, había caído más de una vez en manos de comerciantes y políticos que se la pasaban de mano en mano y la usaban a su antojo. Aun así, lograba evadirse del cautiverio y todavía conservaba en los hombres el brillo propio de las de su estirpe. Palabras como Democracia e Independencia habían sido raptadas del corazón de los pueblos, disfrazadas de meretrices y vendidas a un precio costoso a los pueblos que todavía las amaban. En cambio Esperanza, a pesar del cansancio, sobrevivía a los embistes de la vida con una inagotable paciencia y por más que algunos quería liquidarla, ella seguía prendida del alma de las personas. Pero de todas las palabras que caían, había una delgadita, tembleque a veces, pero porfiada como ninguna. Cuando acompañaba a un hombre, este adquiría una inmortalidad única. Los hombres la llamaban Dignidad.

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