domingo, 24 de mayo de 2009

Entre la ceguera y la razón: documental sobre la secretaria de Hitler


“Ahora estoy en la fuente de información –decía la secretaria de Hitler– y lo que estaba era en el ángulo muerto. Es como en una explosión en la que hay un punto donde reina el silencio y esa fue la gran quimera, la gran no decepción sino la mentira que yo misma había creado”. Esas palabras se recogen en el documental En el ángulo muerto: la secretaria de Hitler, estrenado el 9 de Febrero de 2002 en el festival de la Berlinale.
Algún tiempo después de que se terminara la Segunda Guerra Mundial, los grandes intelectuales, artistas, filósofos (por no decir la humanidad entera)… empezaron a cuestionarse, cómo fue posible que un pueblo tan cultural y científicamente avanzado como el alemán, fuera capaz de caer en las garras del nazismo. En la actualidad, si bien el debate tiene poca cabida dentro de la sociedad en la que vivimos, muchos todavía siguen sin explicarse este fenómeno, y han intentado por muchos medios dar una respuesta a este complicado dilema humano, que arrastró a la sociedad al borde del abismo y cegó la vida de 11 millones de personas aproximadamente.

El impresionante documental En el ángulo muerto: la secretaria de Hitler retrata las vivencias de Traudl Jungle (secretaria personal de Hitler), durante su paso por el bunker del Fürer desde 1942 hasta el final de la guerra. Entre otras cosas, ella fue la encargada de recoger el testamento personal y político antes de su suicidio en el bunker. Sin embargo, lo interesante del documental no solo radica en el peso testimonial del personaje (trabajó como asesora en la película El último acto), ni en su valioso potencial informativo (fue uno de los pocos testigos que pudieron ayudar a reconstruir los últimos días de Hitler); sino en las declaraciones trascendentales de la realidad que vivió, y el dilema, que como partícipe directo del nazismo (inconscientemente, claro está) logró sobrevivir a la llegada de la democracia.

A través de sus palabras se va tejiendo una memoria colectiva alemana que fue durante muchos años olvidada a costa, para no recordar viejas heridas. Se revive la forma como Hitler llegó a prender en las masas el sentimiento de paternalismo extremo y a ocupar el lugar de “líder supremo”. “No tenéis que preocuparos por nada, solo tenéis que hacer lo que os digo, yo asumo toda la responsabilidad” eran las palabras de Hitler. Bajo esa apariencia de protección, el pueblo alemán fue alienado y conducido a vivir en una burbuja donde la libertad individual no fue bien recibida sino albergaba una entrega a la Gran Causa.

Muchos estudiosos del nazismo y de la Segunda Guerra Mundial han hecho un análisis de los principios de Hitler respecto al antisemitismo, anti bolchevismo, superioridad de la raza, etc.; coincidiendo en que el triunfo del nazismo fue una supra-estructura que se aprovecho del anti semitismo que ya recorría Europa desde muchos siglos antes, de las desigualdades sociales (en tiempos difíciles los pueblos buscan mecías) y de muchos otros factores. No obstante, la singularidad de la visión del documental, es que se nos ofrece las dos caras de la moneda; es decir, el Hitler como persona (gran astuto, frío aunque amable, risueño si se cabe) y el gran estratega militar nazi que asesinó a millones de personas e intentó apoderarse del mundo.

Bajo las palabras de la secretaria de Hitler se percibe una cuestión que reencarna a millones de personas que vivieron el nazismo como victimarios o cómplices de este: ¿Cómo fue posible que Hitler nos engañara? O más bien. ¿Cómo fue posible que nosotros nos dejáramos engañar de un lunático con proyectos megalómanos? Ella nos cuenta su versión, que en el fondo coincide con muchas personas que se dejaron llevar, sin ser conscientes de que su actitud era cómplice de una de las mayores tragedias de la historia de la humanidad. La secretaria de Hitler todavía se preguntaba y se reprochaba su actitud. La cuestión puede ofrecer varias visiones desde muchas perspectivas y diferentes respuestas desde muchos ángulos; sin embargo, queda la impresión de que con sus palabras, ella y una parte de Alemania, pide perdón al mundo.

http://www.lahuelladigital.com/?p=2592

lunes, 4 de mayo de 2009

'Mujeres entre dos orillas': La voz de las luchadoras


El cine ecuatoriano no siempre ha gozado de un buen estado de salud; quizá la falta de apoyo a nuestros cineastas, o la impiedad de los cánones del mercado de la cultura, ha hecho que nuestra mirada se centre en el cine que viene del norte y de Europa en detrimento de nuestro cine. Otros factores que pueden responder a este hecho son la falta de financiación y sobre todo la falta de confianza en nosotros mismos. Porque, como decía el escritor argentino Julio Cortázar en una entrevista: “Si yo tengo confianza en un autor latinoamericano, tengo confianza en mí mismo, tengo confianza como perteneciente a una sociedad, a una cultura, a un ritmo histórico”.

Sin embargo, en los últimos años, un impulso revolucionario ha recaído sobre las inquietudes artísticas de muchos creadores ecuatorianos. Cintas como Crónicas del director Sebastián Cordero o Qué tan lejos de Tania Hermida han alcanzado una gran difusión nacional y han proporcionado un pequeño espacio dentro del panorama cinematográfico internacional. Tiempo antes habían probado suerte películas como Ratas, ratones y rateros y la gran película Entre Marx y una mujer desnuda dando pie a un estilo cinematográfico basado en el realismo social.

En cuanto al género documental, Ecuador ha sido un paraíso para el rodaje de varios documentales sobre fauna y naturaleza (pocos realizados por directores nacionales); no obstante, escasos cineastas han sabido explotar el gran abanico de posibilidades artísticas que ofrece la sociedad multicultural de nuestro país. Muy pocos también, han logrado retratar con la lente de una cámara los diferentes problemas sociales, dejando un enorme hueco dentro del cine documental.

A raíz de ese doloroso éxodo de millones de ecuatorianos, se desencadenó una realidad abrumadora que necesitaba una voz que represente sus aspiraciones, sueños y derrotas que muchas veces se negó desde los círculos del poder. Ante ese panorama tan desolador, que pocos fueron capaces de prestar la debida atención, o que muchos trataron de minimizar en sus causas y consecuencias, que un entusiasta creador ecuatoriano, Pablo Vargas Hidalgo, decidió dar voz a los que tuvieron que dejar la patria por un mejor porvenir.

Su primer documental Casa de Campo pedacito de nuestra Tierra plasma con una extraordinaria sencillez, los sentimientos de añoranza y esa necesidad de los ecuatorianos, de tener un espacio que recuerde al pedacito de la tierra que tuvieron que dejar. Pero es en el documental Mujeres entre dos Orillas donde Pablo demuestra ese gran potencial creativo y una capacidad de análisis que hacen prever un gran porvenir para el cine documental ecuatoriano.

Fue en ese drama de la migración donde el cineasta encontró la necesidad de reflejar esa realidad. Así se planteó la posibilidad de mostrar el día a día de las verdaderas heroínas de la migración: las mujeres. El documental, por lo tanto, aborda un enfoque múltiple que ofrece diferentes perspectivas de análisis de la migración. Se muestra la mujer en el papel de inmigrante, madre, hija, trabajadora y como el núcleo catalizador del progreso familiar. A través de ese recorrido de imágenes, perfectamente enlazadas y con un ritmo interno adecuado, van atravesando las vivencias, los sueños y los obstáculos de esas valientes mujeres, que en muchos casos fueron las precursoras en cruzar el charco para traer a sus familias. Muchas coinciden en las causas de la migración, en las dificultades para la integración o en las facilidades (depende de cada situación) y sobre todo comparten el dilema acerca de si su futuro está en España o en Ecuador (aunque hay quién si lo tiene claro).

Aunque la diversidad de opiniones acerca de los problemas y las bondades del fenómeno migratorio, todas las protagonistas comparten un rasgo común: el ñeque propio de nuestras guerreras por conseguir un mejor destino y esa voluntad y capacidad de superación, que siempre ha caracterizado a nuestro pueblo. Se echan en falta, sin embargo, voces que muestren el lado amargo de la migración (porque las hay): la ruptura familiar, los sueños deshechos y ese desenlace que no siempre termina en un final feliz.

A pesar de las dificultades para la realización de este documental, Pablo Vargas realiza un documental sencillo pero con una fuerza emotiva que proviene de los testimonios de sus personajes. Logra así, dejar para la posteridad, la historia de esas mujeres, que cargadas de valentía, atravesaron un día el océano sin saber lo que les deparaba el destino y que ahora se encuentran entre dos orillas. Con este documental, el cine ecuatoriano retoma una fuerza renovadora y nos podemos atrever a decir que Pablo Vargas se va a convertir en un referente del cine documental ecuatoriano.