![]() |
Festín de buitres Fuente: http://elsetaproducciones.blogspot.com.ar/ |
El rigor de un ajuste...
Con el pretexto de “la mejora de
la competitividad y la flexibilidad de la economía española”, Rajoy, manos de
tijeras, está echando mano a cuanto espacio queda todavía por rascar.
La sanidad, educación, protección social, investigación, desarrollo e innovación, cultura… verán recortadas sus arcas afectando, como siempre, a los más pobres. La educación que permitió en las últimas décadas el acceso a los hijos de trabajadores y a las capas más humildes será el hermoso sueño de un pasado que se recordará con cierta nostalgia. Aunque en la última década venía muy cuestionada por su masificación, estandarización y acercamiento a los dictados de Europa, quien desee estudiar en los años venideros deberá hacer frente con dinero de su bolsillo a la subida de las tasas universitarias. Otra apuñalada más a la clase trabajadora desbordada de indignación.
La sanidad, educación, protección social, investigación, desarrollo e innovación, cultura… verán recortadas sus arcas afectando, como siempre, a los más pobres. La educación que permitió en las últimas décadas el acceso a los hijos de trabajadores y a las capas más humildes será el hermoso sueño de un pasado que se recordará con cierta nostalgia. Aunque en la última década venía muy cuestionada por su masificación, estandarización y acercamiento a los dictados de Europa, quien desee estudiar en los años venideros deberá hacer frente con dinero de su bolsillo a la subida de las tasas universitarias. Otra apuñalada más a la clase trabajadora desbordada de indignación.
El sistema sanitario, que gozaba
de una salud medianamente normal, empieza a resfriarse por el desabrigo de unos
7 mil millones de euros, al tiempo que ya se están dando los pasos para que sea
el privilegio de quien pueda pagarlo. La introducción del copago encubre lo que
en realidad es: el inicio de la privatización del sistema sanitario. Los más
afectados, sin duda, serán los pensionistas que antes no abonaban nada,
mientras que ahora deberán pagar un 10 por ciento por los tratamientos; entre
tanto, las farmacéuticas ya empiezan a
frotarse las manos. La salud de los viejos, y más si son pobres, es algo
prescindible para los buitres que gobiernan España y Europa. El FMI dice que en
España hay un “riesgo de longevidad” lo que se traduce en que los viejos viven
mucho y por lo tanto recomienda al gobierno español bajar las pensiones y
elevar la edad de jubilación.
Hace algún tiempo que los mercaderes
de la vida venían poniendo el ojo en dos de los sectores que todavía no habían
sido privatizados del todo. Son una mina de oro que todavía queda por explotar.
Los políticos cómplices y socios con el saqueo de los bienes públicos, ayudados
por la prensa meretriz, venían preparando
el terreno de la opinión pública con acepciones como la “insostenibilidad” del
sistema sanitario y educativo, la “racionalización” de los gastos y otros
eufemismos que en el fondo lo único que buscaban es la privatización de estos
sectores. Con esta estocada final a dos de los pilares en lo que se basa el
supuesto estado de bienestar, se termina de disolver el oasis en el que vive la
sociedad española y por el cual fue anestesiada,
dejando de lado la verdadera lucha por la conquista de sus derechos.
... Que no tiene fin
Sin embargo, nada parece saciar
el hambre de los voraces mercados financieros. Ni los recortes ya aprobados con
toda la jactancia del caudillo Rajoy, no hay que olvidar que su partido es
heredero de la dictadura fascista, ni las reformas con las que se planea hacer
caja con las medidas más gansteriles. La amnistía fiscal que pretende regularizar
el dinero negro, confidencialidad garantizada, supone la posibilidad de
blanquear capitales de unos 25 mil millones de euros provenientes
principalmente de paraísos fiscales, donde bajo el paraguas del secreto
bancario, se esconde dinero de narcotraficantes, traficantes de armas y la más
variada calaña de malhechores de guante blanco. A la vez que el gobierno
perdona a los ladrones al por mayor, sube impuestos que afectan a la mayoría de
la clase trabajadora y sobre todo a los desempleados, suspende un año la
incorporación de nuevos beneficiarios de la Ley de Dependencia, cercena las
ayudas al alquiler a jóvenes y prorroga la congelación del sueldo a los
funcionarios, que además deberán trabajar más horas.
Las molestias económicas empiezan
a trascender a sectores de la sociedad que hasta ahora eran inmunes a la crisis
económica. Ya no es extraño mirar gente que en otro tiempo gozaba de cierta
estabilidad económica haciendo largas colas en los comedores populares. Tampoco
es extraño observar a honestas amas de casa “llevarse” a escondidas comida de
los supermercados para llenar con algo la olla de sus hogares, un fenómeno que
se conoce como el “hurto famélico”. Y se
ha vuelto casi parte del paisaje urbano, observar interminables filas de parados
en las oficinas de empleo. Para el 2013 más de una cuarta parte de la población
activa estará en paro según las estadísticas más optimistas. Atrás quedó el
dicho de que cada niño viene con un pan bajo el brazo, ahora lo más acertado es
decir que cada nuevo niño viene con una deuda de más de 11 mil euros de deuda
pública.
A la falta de inversión pública,
del descenso del consumo interno, la decreciente economía se le suma ahora el
problema de YPF. En un auténtico discurso colonial, una mezcla ultramontana de
patriotismo de frontera y nacionalismo exacerbado, el gobierno salió a defender
los intereses de la patria. Claro que para este el concepto de patria se reduce
a una minoría dueña de las mayores empresas que cotizan en bolsa y visten ropa
Yves Saint Laurent. Mientras, las empresas nacionales o extranjeras en suelo
patrio pueden despedir rápido y barato a los trabajadores gracias a la reforma
laboral aprobada. Tal como pasa en Grecia y en otros países hundidos por el
capital, los suicidios han aumentado de forma vertiginosa. Una subida de un 40
por ciento en relación al año 2010, año en el que todavía no habían recortado
de forma tan brutal el gasto público.
Dejando la casa
Vivir en España es una quimera.
En el país que tiene más de 3 millones de casas vacías se suceden unos 200
desahucios diarios de familias enteras y se calcula que hay un total de 30 mil
familias desahuciadas. Además de perder la propiedad, los miles de afectados
quedan con una deuda enorme, ya que el banco infra valoriza su precio. Ni que
hablar de los jóvenes que sueñan con independizarse. Al contrario, con los
alquileres por las nubes, son cada vez más frecuentes los casos de jóvenes que
regresan a casa de sus padres prolongando su adolescencia hasta los 40 años.
Otro de los casos más llamativos, y que de alguna forma es la justa revancha
contra la sociedad capitalista, es el retorno de ancianos a casa de sus hijos o
nietos. Los abuelos, que antes estorbaban en las aspiraciones de la clase media
y eran arrinconados en asilos, ahora son devueltos por sus familiares con el
fin de percibir su pensión y solventar los gastos familiares.
Frente a este panorama desolador,
no han sido pocos los españoles que emprendieron el vuelo hacia otros países,
como tiempo atrás lo hiciera sus abuelos en tiempos de la tenebrosa dictadura.
Con un paro que afecta a un 50 por ciento de los jóvenes, cerca de cien mil
llegaron a Brasil en los últimos 3 años y otros cientos de miles optan por un
destino más cercano como Alemania, Francia o Reino Unido. Aunque, en su
mayoría, los que emigran sueñan con encontrar salidas laborales a sus
profesiones y alcanzar un nivel de vida mejor. Los que si no tienen opciones
son los inmigrantes latinos que regresan a sus países con los sueños rotos, las
vidas desgastadas y los bolsillos vacíos. En un país donde el racismo es una
cuestión institucional, si no hay trabajo para los propios españoles, menos lo
hay para la gente de piel oscura. La crisis golpea a todos por igual dice la
propaganda oficial pero las ganancias de las grandes empresas del país
contradicen esa afirmación.
La voz de los indignados
El cansancio generalizado de la
sociedad, que pasó de la indignación del año pasado a la explosión de la rabia
a día de hoy, se traduce con manifestaciones diarias y multitudinarias en las
calles de todo el estado. La contundente huelga general de finales de marzo fue
una clarísima señal de los tiempos que están por venir. Una huelga que a todas
luces hizo temblar a la patronal, pese a sus ataques a los trabajadores, sus
amenazas de despido y los más de doscientos detenidos. En algunas ciudades del
País Vasco y Cataluña se vivieron auténticas batallas urbanas, con cientos de
contenedores quemados y algunas barricadas duramente reprimidas. La huelga
desbordó incluso a los tímidos sindicatos mayoritarios que, como es habitual en
su lamentable recorrido hacen llamamientos al entendimiento, el diálogo y la
negociación con el Gobierno intentando encontrar un liviano acuerdo.
El hartazgo contra la podrida
clase política también se extiende a instituciones que gracias a la propaganda
de los medios y el servilismo bochornoso de los sectores progresistas gozaban
todavía de cierta impunidad. La Corona se ha visto duramente tambaleada por la
corrupción del yerno del rey, la implicación de su hija y hasta la aparición de
su propio nombre vinculado en un caso de trato de favores. La sociedad, sobre
todo los jóvenes miran con mala cara a la obsoleta institución. La
conmemoración anual de la II República, celebrada el 14 de Abril, en la cual
hasta hace algunos años atrás solo participaban los pequeños partidos y
organizaciones de izquierda, este año tuvo una masiva participación, sobre todo
por la articulación de los llamados indignados con el movimiento republicano.
Parece que ni los perdones “reales” pueden contener el avance de la III
República.
Los indignados que el año pasado
desbordaron las plazas del estado español, pese a la espontaneidad y todos los
límites que supone la irrupción de estos fenómenos de masas, empiezan a
trascender más allá de la toma de conciencia previa a todo proceso
revolucionario. Las asambleas vecinales, las distintas comisiones organizativas
y otras formas de organización van preparando el camino para futuras acciones
de gran calado social. Más allá de las distintas posiciones ideológicas de
izquierda, lo que está claro es que cada vez son más numerosos los críticos que
abogan por la ruptura total con el capitalismo y la construcción de una nueva
sociedad. Puede ser la transformación de un grupo más curtido en la militancia
lo que llevó a la compañía estadounidense de espionaje Stratfor, conocida como la
CIA en la sombra, a vigilar a los líderes de las protestas, según los cables de
Wikileaks.
Es más que evidente que la
respuesta ante la dictadura financiera internacional y el brutal ajuste
estructural del gobierno, será la radicalización de la protesta ciudadana y
porqué no, la insurrección. El gobierno ya prevé esos supuestos, por lo que no
ha tardado en anunciar la aprobación de una ley que modifique el código penal y
considere la resistencia pacífica como un delito de “atentado a la autoridad”.
Es otra señal clara de los tiempos que vienen: la persecución y la
criminalización de la protesta y la resistencia popular. También será
considerado delito de integración en organización criminal alterar
"gravemente el orden público" y “concertar concentraciones violentas
por cualquier medio de comunicación como Internet y las redes sociales”. Con
estas leyes el gobierno pretende blindarse de forma legal y “normalizar” la
represión que se viene.
En vísperas de grandes batallas
El totalitarismo con el que Rajoy
gobierna se debe a la derrota inevitable sufrida por una desgastada
socialdemocracia que juega del mismo lado que la derecha. Y mientras los
partidos minoritarios de izquierdas sufren laberínticas peleas internas, buena
parte de la sociedad considera que la vía electoral es un instrumento arcaico
de la democracia burguesa. Sobre todo los jóvenes que ya no creen ni en las
instituciones ni en todo lo que huela al tradicional constitucionalismo. Aun
así, el gobierno prefiere no abandonar ni un solo flanco en esta auténtica
guerra contra la población. Como para neutralizar más a la oposición planea una
reforma del Código Penal para imputar penalmente a asociaciones, partidos y
sindicatos que convoquen manifestaciones si alguno de sus afiliados participa
en revueltas y causa daños relevantes. Ni protestas pacíficas ni violentas. La prohibición
de toda muestra de repudio al régimen está amenazada en el país que se alababa
de tener una ejemplar libertad de
expresión.
Todos los posibles espacios de
disidencia están siendo neutralizados. A los controles y vergonzosas censuras
en los medios públicos de las comunidades autónomas, se suma el control en la
Corporación de Radio Televisión Española (RTVE). El gobierno redujo de 12 a 9
las personas que forman parte del Consejo de Administración. Entre ellos se
encontraban, casualmente, dos representantes sindicales. De los 9 representantes
para el nuevo Consejo, 5 serán elegidos
en el Congreso y 4 en el Senado. El Partido Popular tiene la mayoría
absoluta en las dos cámaras. De esta forma se echa por tierra el “consenso” alcanzado
entre socialistas y populares por el cual se repartían la voz cantante. Si la
programación ya era insoportable por el posicionamiento de los medios públicos
controlados por el bipartidismo, con el control absoluto de RTVE, resultará
vomitiva. No sería nada extraño que volvieran a introducir la censura previa y
el llamado noticiero documental (NO- DO), donde el régimen franquista mostraba
sus bondades a la población.
Son enormes las coincidencias
entre este gobierno y el régimen dictatorial que asoló España; no es
casualidad, que el partido popular descienda de los cuadros franquistas. Incluso
algunos dirigentes políticos como Fraga Iribarne, Ministro de Turismo en la
época de Franco y responsable del fusilamiento del dirigente Julián Grimau, se
reciclaron con ese cuento de la Transición y siguieron su carrera política como
si nada, muriendo de viejos y sin pagar
por ninguno de sus crímenes. Tampoco la Iglesia Católica, cuerpo moral de los
principios fundamentales del Movimiento Falangista, ha pedido perdón por su
complicidad con el régimen y mantiene todos los privilegios de los que gozaba
en esa época. La Transición fue un excelente maquillaje del régimen que ahora
vuelve a entrar en escena.
Y aunque la historia nunca se repite
de la misma forma como reza el dicho, resulta algo más que una coincidencia que
sea Grecia, la cuna de la civilización occidental, la primera en caer por las
garras del imperialismo financiero –político. Tampoco hay que olvidar, que la
Guerra Civil Española fue la primera contienda en la que el proletariado
mundial hiciera frente al fascismo. Fueron españoles (y no americanos como dice
la historia oficial) los primeros en luchar y derrotar a cuerpos fascistas en
Francia, con el anhelo de que luego fueran correspondidos en la liberación de
su patria. “Negras tormentas agitan los aires, nubes oscuras nos impiden ver…”,
suena una canción de la guerra civil española que llama a defender el bien más
preciado que es la libertad. La sociedad española, claramente amenazada por
este saqueo sistemático y el secuestro de sus derechos, tiene tres alternativas
para conseguir su verdadera liberación: luchar, luchar y luchar.
*Nota publicada en la revista bonaerense La Maza
No hay comentarios:
Publicar un comentario